En cómo un gran amor se puede disipar como el humo,
en como puede difuminarse y volverse transparente,
tanto que termine sin ser n a d a.
¿Por qué te tuviste que marchar?
¿Por qué me tuviste que dejar sola?
Tú sabías que yo te amaba más que todas esas que fingieron quererte, tú sabías que toda sonrisa que yo soltaba era pensando en ti, tú sabías por qué yo te miraba y sonreía sin explicaciones aparentes. Y es que, tú tienes de mí, lo que nadie ha tenido nunca, lo que nadie ha encontrado, lo que nadie ha descubierto.
¿Tan poco fui para ti?
Nunca he conseguido entender por qué me abandonaste sin dar ni una sola explicación, sin saber por qué los "buenos días, princesa", desaparecieron.
Sin tampoco saber por qué todas esas sonrisas que soltábamos sin quererlo
se convirtieron un día en lágrimas llenas de ira.
¿Dónde fuiste?
Desde que te marchaste no te he podido encontrar, ni siquiera dejaste una pista. Ahora sólo vago por la ciudad buscando un solo respiro que contenga tu olor,
que me afirme que vas a volver,
que no me voy a quedar aquí sola para siempre.
¿Nunca entendiste que te necesito más que a nadie?
Debiste entenderlo
desde el momento en el
que te eché de menos de tal manera
que me sangró el alma.
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