~Imperfecta .

Mi foto
Yo misma soy consciente de que no soy lo típico que se puede observar cuando vas caminando por la calle. No me gusta autodefinirme, yo sólo sé que me gusta vestir de negro, quizás porque sea el color que mejor me describe por dentro. Me gustan cosas que a nadie le interesan. Me gusta pensar, comerme la cabeza con las cosas más absurdas que nadie haya podido pensar jamás, y le tengo odio absoluto a las drogas y al alcohol. En cuanto al amor… mentiría si diría que no me gusta. Lo que odio son las personas que no tienen cojones a enfrentarse a él.

lunes, 26 de enero de 2015

You stopped loving me...

Después de tantos años sigo siendo tan feliz como fingí serlo una vez. 
Y a pesar de que hay cosas que nunca voy a poder volver a mirar sin acordarme de ti, siento que lo hice bien.
Ahora sé que mereció la pena irme y dejarte.
Porque quizá no era ni el momento, ni el día, ni el lugar,
quizá hasta ni éramos nosotros. Pero pasó.
Y ahora desde aquí, viéndolo de cerca y acordándome de cada lunar de tus caderas me pregunto qué nos pasó, qué nos hizo querer dejarlo todo, tirarlo todo por la borda como si nunca hubiera tenido importancia para nosotros dos...
Porque por un tiempo me hice amiga de la soledad, del dolor, de la melancolía, y ahora desde un vagón te escribo a ti, sabiendo que los odiados soledad, dolor y melancolía sólo son compañeros de viaje en muchas ocasiones de nuestra vida, y que son indispensables para sentirnos vivos.

Así que sí, me alegro. Me alegro de todo. Y no, no me arrepiento de nada, porque al fin y al cabo todo lo que se saca del dolor son episodios de superación de uno mismo.


jueves, 8 de enero de 2015

Esto es para siempre, y me alegro.

Qué absurdo fue pensar que 
aún me seguías queriendo después de tantos días sin mí…

¿Qué me haría a mí pensar que ibas a seguir pensando en mí 
después de tanto tiempo con mi ausencia golpeándote la cara?

Supongo que todas mis suposiciones se basaban en lo que yo sí que hacía contigo aunque no te lo merecías. Y era precisamente eso, seguir pensándote y colándote hasta en el pensamiento más diminuto que cruzaba mi mente a lo largo del día. Por esa razón pensé que tú podías estar haciendo lo mismo que yo, echándome de menos de la misma manera que yo te estaba echando a ti y estrujando mi almohada tan fuerte como tú lo hiciste con mi corazón.

Pero ahora sé que no, ahora sé que cuando elegí dejarte marchar para siempre fue la opción más prudente
de todas las que he tomado a lo largo de mi vida.


Y es que perderte te he perdido de verdad,
completamente y para toda la vida. 
Pero te aseguro que nada se compara con el privilegio de haber resurgido de las cenizas después de haberlo pasado tan mal por un descerebrado como tú.

martes, 6 de enero de 2015

Elegí perderte

La vida me ha enseñado que he perdido mucho tiempo pensando y sintiendo día tras día a gente que no me quiso realmente y que por lo contrario, no me he percatado de los muchos ojos que me estaban contemplando desde el andén.

Sobre todo, me ha enseñado que he perdido demasiado tiempo sintiendo unas mentiras quemándome la piel, los oídos, los sentimientos… He creído a ciegas a los que no debía y he desconfiado de los que me estaban diciendo a gritos la verdad más dolorosa de toda mi vida. Pero en ocasiones hay que elegir, hay que decidir, hay que tomar la decisión de si coger o no ese tren que te dará una segunda oportunidad…. Y yo ya elegí. Mi elección fue dura, fría, puedes decir incluso que carecía de sentimientos... Pero elegí. Y mi elección fue dejarte. Fue dejarte ir sabiendo que nunca más ibas a volver a por mí.  Elegí perderte. Y lo doloroso no es saber, ahora, después de tanto tiempo que dejé que te fueras…  Lo más doloroso fue reconocer que nunca más ibas a regresar a por mí aún sabiendo que estuve esperándote en esa estación que era tu corazón durante más de 18 meses.

Así que sí, aquí me tienes, después de tantos meses que ya ni lo recuerdo, con un corazón enorme a la par que roto,
pero con una fortaleza que ni tú ni nadie va a poder quebrar jamás.