Nunca
pensé que en 365 días se pudiera aprender tanto. En todo este año que pasa, he
aprendido tantas cosas que ni siquiera
sé por dónde empezar.
Gente que viene,
gente que va,
gente que viene para quedarse… aunque sólo sea por un tiempo.
Este año ha sido ejemplar, el año que me he formado
como persona. He aprendido lo que es la soledad, acostumbrarme a
estar sola, porque a fin de cuentas, en esta vida, es como nos quedamos.
Solos.
He valorado a
gente que nunca me valoraría a mí de
la misma manera que yo a ellos. Me he acostumbrado a cientas de cosas que se terminaron
yendo con el paso del tiempo.
He
sufrido hasta tal punto, que incluso mi alma supo qué era el desamor. He querido a gente que no ha
dado nada por mí. He amado con tanta intensidad que aún me quedan secuelas en todo mi ser. Este año ha sido
grande. Grande con todas las letras. Porque a pesar de que he sufrido más que
ninguno, he aprendido que nada es para siempre y que quién creías que
estaba ahí, puede irse en cualquier momento.
He aprendido de las mentiras. De las
verdades. Pero espera. Verdades sólo hay
una. Y la única verdad, es que
podemos ser tan grandes
como nosotros queramos serlo.
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El próximo, más y mejor. |