Hay cosas que por mucho que te esfuerces, nunca van a ser tuyas,
no porque no las hayas intentado lo suficiente o porque no las quieras,
si no porque realmente no te pertenecen.
Y lo peor es cuando te acostumbras al dolor que supone el no tenerle.
no porque no las hayas intentado lo suficiente o porque no las quieras,
si no porque realmente no te pertenecen.
Y lo peor es cuando te acostumbras al dolor que supone el no tenerle.
Es algo que poco a poco te va consumiendo el alma.
Lo que sí que tengo claro, es que si algo es verdaderamente tuyo, volverá.
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