En ocasiones las
personas huyen de tu vida de una forma no muy placentera, pero el caso es que
huyen, se van y no vuelves a saber de ellos. En algunos afortunados casos,
vuelves a oír sobre la existencia de estas personas, y otras veces, no tan
agraciados casos, no vuelves a escuchar sobre ellos nunca más. Desaparecen de
tu vida sin más, sin dejar rastros ni pistas que seguir.
Y eso sí que es
doloroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario