En
ocasiones solamente nos podemos quedar con lo bueno que hemos vivido a lo largo
de una etapa dura de nuestra vida, y es que las personas tendemos a aferrarnos
a los recuerdos porque en definitiva los recuerdos es aquello que nunca cambia
cuando las personas y los sentimientos sí lo hacen.
Ahora
mirándolo desde aquí siento que la cara de idiota que se me quedaba cada vez
que te encontraba por algún callejón se esfumó, y que todo, absolutamente todo
lo que fuimos se ha desvanecido con el tiempo.
Cegada
busco los restos de todo lo que fuimos y de aquello que nunca sentiste cuando
aún sentíamos que nos pertenecíamos pero lo único que encuentro es los restos
de una persona destruida y anulada que apenas reconozco.
Lo
reconozco; fuiste mi mejor casualidad.
Pero hablando en pasado.
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