Y aún así quisiste arriesgarte. Yo también quise hacerlo.
Quisimos querernos.
Sin apenas saber qué consecuencias tendría el hacerlo.
Y ahora, entre
recuerdos y lágrimas te llamo para decirte que sigo aquí,
que sigo justo en el
mismo lugar en el que te fuiste.
Ninguno de los dos quisimos que esto terminara
así.
Sorbiéndonos hasta cegarnos.
Queriéndonos hasta sangrar.
que hasta se borren tus besos de mi alma.
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