Qué absurdo fue pensar que
aún me seguías queriendo después de
tantos días sin mí…
¿Qué me haría a mí pensar que ibas a seguir pensando en mí
después
de tanto tiempo con mi ausencia golpeándote la cara?
Supongo que todas mis suposiciones se basaban en lo que yo
sí que hacía contigo aunque no te lo merecías. Y era precisamente eso, seguir
pensándote y colándote hasta en el pensamiento más diminuto que cruzaba mi
mente a lo largo del día. Por esa razón pensé que tú podías estar haciendo lo
mismo que yo, echándome de menos de la misma manera que yo te estaba echando a
ti y estrujando mi almohada tan fuerte como tú lo hiciste con mi corazón.
Pero ahora sé que no, ahora sé que cuando elegí dejarte
marchar para siempre fue la opción más prudente
de todas las que he tomado a lo
largo de mi vida.
Y es que perderte te he perdido de verdad,
completamente y para toda la vida.
completamente y para toda la vida.
Pero te aseguro que nada se compara con el privilegio de haber resurgido de las cenizas después de haberlo pasado tan mal por un descerebrado como tú.
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